La Secundaria Cumberland Valley, ubicada en Mechanicsburg, Pensilvania, con 50 años de existencia, ha experimentado algunos cambios importantes, que incluyen aumentos considerables en el alumnado, así como también una intensificación de la demanda por instalaciones de aprendizaje avanzadas.
El desafío: incrementar las oportunidades de aprendizaje técnico práctico.
Durante la reconstrucción de la Secundaria Cumberland Valley, se asignó un gran énfasis al desarrollo de una experiencia de aprendizaje sólida para los alumnos en la sala de clases. Para la misión de la escuela, era muy importante contar con un programa práctico que optimizara el entorno de aprendizaje en la sala. Mientras investigaba la tecnología que podría satisfacer estas ambiciosas necesidades, el Instructor de tecnología Robert Rudolph vio un sistema láser de CO2 en funcionamiento durante una feria comercial estatal de la asociación. Supo de inmediato que el sistema constituiría una excelente adición para el programa de la escuela.
El principal impedimento para la compra de un láser fue el precio. En un principio, sabiendo que debía atenerse a los límites de presupuesto de la escuela, Robert reconsideró la compra del láser de CO2 y buscó otras opciones de tecnología. Sin embargo, después de reunirse con uno de los distribuidores de Epilog para el segmento de educación, no tardó en darse cuenta de que un láser de CO2 podía ser una verdadera posibilidad para su sala de clases.
La solución:
De hecho, Robert la hizo realidad y compró el sistema Epilog Laser para su departamento de tecnología. "¡A los niños les encanta! Es fácil de usar, los alumnos aprenden a operarlo con mucha rapidez y, además, los motiva en gran medida. Los alumnos pueden agregar fácilmente imágenes prediseñadas, texto y fotografías en CoreIDRAW a sus proyectos y luego, enviarlos al equipo", cuenta Robert.
Como evidencia de ello, los alumnos de la clase de tecnología crearon muchos artículos usando el sistema Epilog Laser, incluso premios para los profesores de la escuela y losetas para conmemorar la reconstrucción del edificio. Para el proyecto de losetas, el equipo de la Asociación de alumnos de tecnología creó un logotipo para grabar en las losetas, luego agregó color a cada una y las vendió a los profesores y alumnos de la escuela con el objetivo de recaudar fondos que les ayudaran a participar en la competencia de tecnología estatal de su escuela.
"Las losetas se deben usar como posavasos. Utilizamos tinta de impresora para rellenar el grabado en las losetas, pusimos fieltro en la parte posterior y las vendimos. El grabador es igual que una impresora normal, ¡pero con láser!”, señala Robert.
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